
Trato de llevar un diario poético que me sirva para recordar lo poderoso de la sexualidad sentida en su dimensión más amplia. De fondo se trata de la conexión profunda con la vida, de lo que habla el Tantra. No siempre necesitas otro ser con cuerpo a tu lado, ni imaginarlo. A veces no estamos en disposición para recibir sensualidad. Pero aún así podemos hacer el amor, hacer amor con nosotros mismos y experimentar esa otra sensualidad interoceptiva que registramos a través de la meditación. Es importante ampliar los campos semánticos de las palabras para abarcar más profundidad (como hace la ciencia cuando cambia de paradigma, que muchas veces aprovecha el formalismo del paradigma anterior) y poder seguir tomando la maravilla de lo previo (en este caso la sensualidad más carnal y las emociones que produce) y expandirse hacia nuevas realidades (la sensualidad de la meditación es la vivencia interior de la energía que se despliega dentro de uno).
Aquí mi poema.
DIARIO DE UN TANTRAOR
17-enero de 2025
Hoy el dolor físico me araña la espalda,
muerde el vientre y me postra anciano
Imposible compartir la sensualidad
con el cuerpo vecino de mi amada
que a mi lado despierta
IMPOSIBLE
saborear sus ganas
Más tarde, ya solo, tomo mi medicina:
sentado, medito en mi dolor
y lo dejo que se extienda,
que me pueble y se mezcle
con otras señales, de mi cuerpo
Que viaje libre, sin rumbo preciso,
sin querer domarlo:
acariciando o mordiendo
Soy tormenta,
nubes negras
chocando
y derramándose
dementes
en llanto y risa
y elevo el
v u e l o
me pierdo
y me gano
Me levanta
mi CUERPO
amanecido en
sonrisas
Queda un eco del
dolor como brisa
y la vida vuelve
a estar lista
para ser
DEVORADA
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