DESARROLLO PROFESIONAL Y SEXUALIDAD

Le pido a ChatGPT que me hable sobre lo que necesita tener en cuenta un profesional que hoy en día quiere desarrollar su carrera. Me responde:

"Hoy en día, un profesional necesita enfocarse en adaptabilidad y aprendizaje continuo. Las herramientas digitales, como plataformas de e-learning (Coursera, edX) y redes como LinkedIn, son esenciales para mantenerse competitivo. Invierte en soft skills (comunicación, liderazgo) y en hard skills específicas de tu sector, utilizando tendencias como data analysis o IA si aplican. Construye una marca personal sólida, mostrando tus logros y valores en redes sociales. Colabora en proyectos para demostrar impacto. Evita estancarte en una sola área y cuida tu reputación online: todo lo que publiques será parte de cómo te perciben. Fíjate en las tendencias del mercado, prioriza el networking estratégico y sé proactivo buscando oportunidades antes de necesitarlas."

Imagen creada por Dalle con ChatGPT

Adaptabilidad, aprendizaje continuo, mejoras de mis habilidades (soft y hard), construir mi marca personal, mi reputación, usar herramientas IA, fijarme en las tendencias de mercado... Tanto si trabajo para una organización como si desarrollo mi emprendimiento, todo esto puede ser agotador. Teóricamente lo he de incorporar como un mindfulness, fluyendo, paso a paso, disfrutando, pero en la práctica llego a casa lleno de tensiones, frustraciones, mezcladas con un cierto orgullo contributivo o vanidoso, y allí, como siempre, me espera de una forma u otra... mi sexoafectividad.

Bueno algunos la han encerrado en el garaje y ni se acercan. Pero muchos aún sí.

¿Y qué herramientas he desarrollado para mi sexualidad? ¿Cuánto llevo de aprendizaje continuo o adaptabilidad? ¿Cómo desarrollo mis soft skills con mi pareja o mis amantes (o conmigo a solas)? y ¿las hard?, ¿me he estudiado yo mismo a fondo, conozco mis personajes eróticos y su potencial, mi erótica más genuina? ¿Me he estancado en un tipo de expresión? ¿Has llegado a ofrecerte y ofrecer tu máximo potencial erótico?

¿Pero, no es la sexualidad una de las fuentes más importantes de vitalidad?¿Acaso no vemos a nuestra jefa, nuestro colaborador, nuestro equipo, nuestros problemas, diferentes después de un auténtico buen polvo? Y me refiero a ese encuentro en el que vuelas con todos los chakras. Porque, sí, si quisieras conducir tu sexualidad al punto de excelencia al que quieres llevar tu carrera profesional, te darías cuenta de que requiere de todo tu ser y, por ende, de todos tus chakras. No solo es primero y segundo, que te ofrecen la seguridad y placer. La sexualidad sentida o consciente requiere también poder interior (chakra 3) para enfrentar tus miedos y tus deseos (muchos escondidos en tus miedos); empatía y compasión por ti y el otro u otra (chakra 4); proyectarte y comunicar (chakra 5) en la relación (también contigo a solas) o relaciones; tener consciencia de tu ser (chakra 6), una unidad de gozo, más allá del género o condicionamientos habituales; y ser capaz de fusionarte a la vida en un encuentro de éxtasis (chakra 7), donde quizás nada tiene que ver con lo que nos han contado o has aprendido en aquellas burdas películas de sexo explícito.

Millones de años de evolución han refinado en los humanos este mecanismo que es la sexualidad, como ha refinado el lenguaje. Pero algunos aún sexualizan como si hablaran a gruñidos. Porque lo han dejado de lado. Buscas tras la realización profesional el disfrute auténtico, el contento. Pero sabes que necesitas ayudarte de un "cuerpo", que no es solo mente. El encuentro sexoafectivo te ofrece esa posibilidad de desarrollar profundidad en ese cuerpo, porque en él verdaderamente se posará el alma el espíritu (dale el sentido que quieras yo lo entiendo como lo elevado). La sexualidad sentida es uno de los más bellos y poderosos caminos de realización personal.

Masters, competencias técnicas, aprendizajes por aquí y por allá, para lo profesional, pero la sexualidad... ya sale sola. Ah, mira has encontrado a alguien. Ya está. Qué bueno, todo va sobre ruedas. Pero después se tuerce: Ah no me da lo que quiero, no le doy lo que quiero. Me he equivocado. Cambio. O mejor soltera, soltero, o mejor amantes. Ya tengo una edad, mejor estar sola, solo. Me dedico a mi carrera y progreso (si no progreso y mi sexualidad está bajo mínimo entonces nos avocamos a la angustia o la depresión). Como el cerebro tiene la capacidad de proponer lo que quiera y engañar al cuerpo aquel nos dice con absoluta convicción: estoy bien, soy feliz (todo lo que se puede en esta vida).

Recuerdo una vez, en un campamento de desarrollo personal. En un corro de unas ocho personas comentábamos una película que acabábamos de ver, que tenía que ver con la felicidad. Hablábamos de ella, de su dificultad. El chico dijo "yo soy feliz", con un tono tan agresivo como las expresiones de su rostro. Algunos, políticamente correctos, le hicimos preguntas con tacto escéptico, sin querer cuestionarlo. Su agresividad crecía con su convicción. Yo llegué a la conclusión de que lo decía de verdad, aunque ninguno de los nosotros le creímos. El cuerpo habla donde las palabras confunden.

¿Estoy de verdad feliz, satisfecho en mi vida, en esos símbolos que he construido a través de mi identidad profesional? ¿Y qué le ofrezco a mi sexualidad? A lo más, consulto algún terapeuta cuando las cosas se tuercen mucho o hay peleas. Nada más. Sin embargo date cuenta de que todo lo que experimentas durante el día puede ser alimento para tu sexoafectividad. Lleva tu día a día a la cama. Solo o con compañía. ¿Cómo sacas tus personajes eróticos a partir de tus movimientos en la vida, en la empresa? ¿Cómo transformas la tensión en orgasmo? ¿La inquietud en éxtasis? Creatividad al poder.

Como vuelas con caricias, abrazos, con poesía animal que emerge de vosotros, vosotras, vosotres. Todo eso se aprende. Y aunque ahora hay más oferta de cursos de tantra y otras modalidades, se aprende, por encima de todo, poniendo intención y sumergiéndote en la práctica periódica (no me he atrevido a decir diaria, para que no me lancéis tomates virtuales).

Y por cierto, a mí me gusta la vida en pareja como camino para desarrollar todo esto de la sexualidad sentida, que al final es mi vitalidad, mi creatividad y mi disfrute, y que resulta por ello ser fuente del equilibrio personal.